VersosDelAlma
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Quiero

Quiero vivir de tus besos
hasta los cauces del río,
quiero gozar de estos mares
sin ningún delirio. 
Que tu mente en mi alma 
haga siempre su nido
y tus pasiones desmedidas
me lleven a gozar contigo.

Que no pierda nunca la miel

que pones en mis sentidos,

para que se adhiera a mi piel

y sea siempre mi abrigo.
 
¡Quiero para siempre que tus pliegues
me hagan sentir
que soy tu único testigo!

Corazón dolorido.



En el corazón tenía
la llave de un gran amor,
cerré la puerta pues un día
su huida me causó dolor.

Dedicado a mi cuñada Mary luz



Tu amistad,
es el sagrado vínculo
que recorre mi existencia.

No fue tal ausencia


Esperando que tu ausencia
en mi mente
nunca se fuera,
cabalgué entre sollozos

en la noche pensadora.
Agoté mi sed
en templos gigantes,
que en la vida hacen mella.
No corriendo las cortinas
ni llamando hacia tu puerta.
Tu imagen apasionada
quisiera que en un segundo
en mi piel dejara siembra.
Que si el cielo hablara...
diría que tu hermosura

las diosas la veneraban.
Ya has vuelto a mi lenguaje
musa de mi versar
¡ay!, quién pudiera explorar
la legión de tus lunares.

Me engañaste


Que carencia ...de sentimientos,
sí, sí, carencia
ya desaparecieron mis anhelos,
rompiste los lazos eternos
que tú decías
era este amor sin fronteras.

A ver,
dime hombre,

cómo se puede olvidar
al que no has llegado
a conocer

si el recuerdo se hace agonía
en el pensamiento.
Amar, si amar,
diosa fortuna
,
cual agua que lleva el río
fiel embrujo de tus manos.
Amándome como decías,
emborrachaste mi alma
de bebidas clandestinas,
amorios de deshecho
criaturas del olimpo.
Ahora qué...
quién borrará este sentimiento
que me aflige lentamente
agotando poco a poco
lo que ya estaba escrito.

Divina juventud

No me pierdas mi niño, que yo soy virgen,
y no quiero darles cobijo a tus lunares.
No me arrastres mi niño, a los trigales,
que la luna no quiere que sea madre.
Los senderos que tú pises
llegarán a mi jardín.
No te impacientes mi niño,
que esto no acabará así.

Haikus y Senryûs

Espejo roto
superstición absurda
sorpresa clara.

Tu pelo gris
vejez involuntaria
de la vida es.


El perro calla
lo que los hombres dicen
sobre ellos mismos.

Las tentaciones
placentera viveza
que saboreo.


Cariño, madre,
si tú no me acaricias,
mis manos arden.


Si tú no estás
la eternidad y vida
no existen más.

Una cascada,
se acumulan las olas
bajo las aguas.

Soy yo por fin
el que besa tu boca
el pintalabios.

El cocodrilo
piel con la que se viste
el incompleto.

Al moribundo
se le acercan las ánimas
del purgatorio.

Tu ser, mi ser,
dos almas bendecidas
que se enamoran.

Nieve en los campos
muñecos abrigados
niños jugando.

Te llevo flores
tú las hueles despacio
son mis quereres.

Le confesamos
los pecados al cura
luego rezamos.

Una mirada
tan sólo tu mirada
me llena el alma.

Las margaritas
sollozan por la ausencia
de tu mirada.

En la arboleda

jugamos a ser dos

enamorados.


Mi amor eterno

yace callado y frío,

bajo la tierra.

No llegó el amor



Llegué a las entrañas de mi alma
,
ligera de equipaje.
Mis pisadas no llegaban al ocaso de la ciudad,
cabalgaba entre sauces,
lloraba, reía,
pero no era yo.

Cansada de equivocaciones
de amores escondidos
de vida sin aliento, presa del olvido.
Llegué aquí, si aquí,
a un tiempo de vejez de inconsolable pedestal
subida a las alas de la vida.
Aquí, sola
con mis pensamientos,

recuerdos de besos adquiridos
de sombras del pasado
de imagen sin olvido.

Aquí, a la vejez del amor tardío.

Soy.

Soy el beso robado a una diosa.
Soy el ángel de mis acciones.
Soy inmortal para el hombre,
soy tu amante, soy tu estrella.
Pues tal como lo haces tú conmigo,
seré lo que tu mente quiera que sea.

El alma


Me mojó la lluvia el calzado
pero vi que no tenía pies.
Me abrigué del frío invierno
pero vi que no tenía piel.
Busqué en medio de la noche
mi imagen en una pared
pero el llanto de la vida
me hizo estremecer.
Me encuentro entre los versos de amantes
para su amor florecer.
No pido ser vista por nadie,
sólo quiero entender
por qué me tiene todo el mundo
si nadie me puede ver.

A ti mujer



Camino errante por tu cuerpo,
saboreando cada poro de tu piel.

Embriagándome de tus senderos
de incansable plenitud.
Bebo el néctar de tu boca,
de tus pechos, de mi ardor.
Mujer diosa celeste, imparable seducción.
Te siento tan dentro del alma
que ni el abrigo de la noche calma esta sensación.
Toda mujer tiene una estampa para reflejar el amor.
A ti que me deleitas con tu ternura, con tus besos, con tu pasión.
A ti te escribo estos versos para que gocemos en eterna prisión.

Acróstico


Vestida de harapos
errante su ser,
jadea un grito
alcanza su piel.
Cansada del hombre
impiadoso ser 
oscuros destinos deja 
nocivos, causados por él.

Las huellas

Las huellas que el hombre pone
en el cuerpo de la mujer,
dibujan surcos de sangre
que recorren toda su piel.
No sabe, el ignorante,
que con la fuerza de su mano
golpea parte de su ser.
Cuando termina de tal hombría
una sonrisa esboza el cruel,
no se acuerda que su Madre,
también es una Mujer.

No necesita ver nada.



El ciego no ve la vida,
la palpa cada mañana.
Dormido entre sábanas negras
el sueño calma su alma.
El silencio de la noche
 se vierte por las ventanas,
soñando a gritos exclama
 que no cierren sus moradas
que se ha asomado a sus ojos
 la luz de la luna clara.
Al despertar de este ensueño
unas lágrimas cubren su almohada
,
no se acercó el cielo
 al azul de su mirada.
Al reclinarse sobre  la cama
un suspiro... roza su boca
;
 ya no necesita ver nada,
acostada sobre su lecho
 se encuentra su fiel amada.

Relato de amor.

 
Eres un hombre
 en el desierto de mis ojos
mendigando agua pura

para saciar la sed
de este amor hecho locura.

Bebes del pozo del deseo
esperando la luz
divina
que
me lleve a la cumbre
de las esperanzas cumplidas.

Descendí a tus secretos
enmascarados en piedra viva
.
¡Y veo salir el sol
en los pasajes de nuestras vidas!

Bienvenido amor


El pensamiento se equivocó de morada
y esculpió el amor en piedra,
se alimento de sueños
durmiéndose en aloquines.
Pasaron años inciertos,
entre búsqueda de cariño,
pero ya estaba fundiéndose
la llave en el primer suspiro.

Maltrato

En una noche terrible
deshojaron una flor.

El tallo que la sujetaba
en espada se convirtió.

No dejó que su hermosura
floreciera en otro jardín,
arrancando de cuajo
la esencia de su raíz.

Inocencia

Una noche de tinieblas llevas dentro del corazón.
Una llama enrojecida, luce con toda su expresión.
Como sopla el suave viento, en el techo del amor.
Unos instantes furtivos,gozan de eterna prisión,
como queriendo encontrar la llave de esa tentación.
Dos cuerpos buscan su forma, enlazados en su pasión,
llegan descontrolados, a su más bella creación.

Los hijos del camino


Cubiertos de harapos los hijos de la pobreza
atraviesan la vida sin flores empapadas
en sinfonías de senderos cubiertos de árboles
y de armónicas pisadas,
que ven pasar indiferentes
riquezas descontroladas
de personajes de increíbles ostentosidades
que no fijan los ojos en estas personas
cansadas de peregrinar por los caminos
pidiendo a gritos una estrella
que les lleve a soportar el pasar de tal calvario.
Ni una palabra de consuelo,
de estos hombres de inconcebibles grandezas,
sólo llevan el carruaje cubierto, y al contemplar ese abismo,
no quieren mirar hacia atrás
no vaya a ser que les coja sin previo aviso
la cruel realidad de los hijos del camino.

Clávame tus ojos otra vez



El sentir de tu mirada
se clavó en mis pupilas

como agua que lleva
el arroyo 
al río de mi delirio.

Ni siquiera una despedida
en los acordes de estos suspiros,
ni un beso placentero
que denote este amor bravío.

No se abrieron los pétalos
de esa flor virgen de mayo
ni suspiró el rosal
en el ardor del verano.

La inocencia inmaculada
se desató en mi vestido
inherente y desconocida,
como fue el amor
al pasar por nuestras vidas:
transparencia hecha antología.

Esperanza que digas que sí

El espíritu se coló una mañana en una habitación,
despacio, susurrándome al oído...este es el que estabas esperando.
Más cuando mis ojos te vieron de la emoción de tal instante,
el alma se volvió sangre y recorrió su camino.
No sé si mi presencia a ti te provocó lo mismo
pero ya estaba escrito en la página de nuestro destino.

El sentir del amor

Si mis ojos fueran tuyos,
y mi boca una esmeralda
el radiar de tal embrujo
luciría en tus entrañas.

Dama cortesana



Quizá tus sueños te alejen de esas alcobas mal olientes
y tus juegos de palabras que fluyen alegremente.
Quizá de alguna manera tu corazón se acopló al mío
llenándolo de flores sin haberlo conocido
para ponerlo después en el rincón del olvido.
Pasó la noche despacio entre máscaras de cariño;
y esto fue lo que ocurrió en esa habitación umbría
te dejaste el vestido manchado de tal alegoría.

Sensorial

Me he vestido infinidad de veces,
y mis trajes han cambiado,
ahora siento el porqué se ama profundamente.

Vanidades



En la hoguera de las vanidades
dos amantes se enfrentaron
a ver quién era capaz
de apagar la llama al fuego.
Uno quiso mofarse
de lo absurdo del asunto,
pretendiendo alejar la llama
con el fervor de un beso.
El otro, inocente y caprichoso,
se vistió con su mejor traje,
ocultando su figura
detrás de tal pelaje.
Ninguno pudo saber
el final de ese enigma,
pues les encontró la luna
dormidos entre cenizas.


 

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