Estoy tendida en la hierba
y miro al cielo.
Quizás en esta noche estrellada
me sueñes
y palpite tu corazón junto al mío
en la claridad de nuestra mañana.
¡Arrástrame amor mío, a tu sueño!
En el que me nombras
con tu voz más íntima,
con esa luz tan intensa
con la que me miran tus ojos.
Y llévame al maravilloso instante,
en el que mi cuerpo, tiernamente desnudo,
te desea y se agita, ardientemente;
esperándote en el lecho perfumado de tus ansias.
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