
El ciego no ve la vida,
la palpa cada mañana.
Dormido entre sábanas negras
el sueño calma su alma.
El silencio de la noche
se vierte por las ventanas,
soñando a gritos exclama
que no cierren sus moradas
que se ha asomado a sus ojos
la luz de la luna clara.
Al despertar de este ensueño
unas lágrimas cubren su almohada,
no se acercó el cielo
al azul de su mirada.
Al reclinarse sobre la cama
un suspiro... roza su boca;
ya no necesita ver nada,
acostada sobre su lecho
se encuentra su fiel amada.
la palpa cada mañana.
Dormido entre sábanas negras
el sueño calma su alma.
El silencio de la noche
se vierte por las ventanas,
soñando a gritos exclama
que no cierren sus moradas
que se ha asomado a sus ojos
la luz de la luna clara.
Al despertar de este ensueño
unas lágrimas cubren su almohada,
no se acercó el cielo
al azul de su mirada.
Al reclinarse sobre la cama
un suspiro... roza su boca;
ya no necesita ver nada,
acostada sobre su lecho
se encuentra su fiel amada.
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