El espíritu se coló una mañana en una habitación,
despacio, susurrándome al oído...este es el que estabas esperando.
Más cuando mis ojos te vieron de la emoción de tal instante,
el alma se volvió sangre y recorrió su camino.
No sé si mi presencia a ti te provocó lo mismo
pero ya estaba escrito en la página de nuestro destino.
despacio, susurrándome al oído...este es el que estabas esperando.
Más cuando mis ojos te vieron de la emoción de tal instante,
el alma se volvió sangre y recorrió su camino.
No sé si mi presencia a ti te provocó lo mismo
pero ya estaba escrito en la página de nuestro destino.
0 comentarios:
Publicar un comentario