En el acto de la penitencia
duermen los sueños en el hielo
y husmean al alba
como perros hambrientos.
No saben,
no conocen
mi vaga ausencia,
la que en tiempos malogrados
fingen su historia
en raras imágenes marinas.
Tengo pues
conciencia y cuerpo:
cuerpo para deshacerme en polvo
conciencia para suicidar las penas
y alma
para llevarla hacia ti,
vida mía.
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