Mi amor siempre duerme
en hojas que parecen estrellas.
Se viste los ojos
con los rayos del sol.
¡Dios mío!
Que risa tan transparente
retienen sus labios…!
Me arrulla
con sus palabras
hermosas.
Vivo entre gardenias vivificantes.
Lloro con intensidad…
con lágrimas de fuego
de pura felicidad.
Porque este gesto mío
torna en pasión,
y es bálsamo
que nace de sus manos
siempre generosas al tacto.
Me refugio en su pecho;
oigo en silencio los latidos
de su profundo y amado corazón.
Retorno a sus besos…
y duermo como un ángel
en brazos del amor.
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