Tiemblan las hojas
cuando en la noche
hay un silencio distante y opaco.
Ráfagas alientan tempestades.
Huecos los ojos,
avivan las hebras de un lamento.
No busques instantes atrapados
en bocas ajenas a tu deseo,
pues la huerta se queda sola
sin el agua que le alimenta.
2 comentarios:
Bueno...
Gracias estimado amigo por tu /cordial visita/.Un abrazo.
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