Matad mi fe de mujer enamorada.
Dejad que la nostalgia habite en mi cueva mortal y vagabunda,
y así, llenaré con mis lágrimas el pozo de esta triste ribera.
Mi alma ardía en sentimientos
y cuando alcanzó el corazón su perfecta morada,
arrancaron de mi boca su nombre de plata.
Fue un suicidio en toda regla.
Amándome como jamás me han amado,
y navegando entre flores de amanecer,
la envidia de una mujer,
forjó la idea cruel de la blasfemia.
Dejad que la nostalgia habite en mi cueva mortal y vagabunda,
y así, llenaré con mis lágrimas el pozo de esta triste ribera.
Mi alma ardía en sentimientos
y cuando alcanzó el corazón su perfecta morada,
arrancaron de mi boca su nombre de plata.
Fue un suicidio en toda regla.
Amándome como jamás me han amado,
y navegando entre flores de amanecer,
la envidia de una mujer,
forjó la idea cruel de la blasfemia.
Con palabras maliciosas,
enjambres de avispas se adueñaron de su ser,
volcando sus miedos en ecos de coros de lagartas.
No pudo más su corazón tan frágil
con toda la maldad de este nido de arañas.
A veces hay cosas extrañas en el amor,
que precisan explicación,
pero el mundo innegablemente
se sumerge en rebaños de máscaras
que desgraciadamente fijan sus ojos
en las conciencias puras.
Partiré lejos, muy lejos.
Lejos de este amor que me atormenta,
allí donde el mar se vuelva peregrino,
y alcance la terrible soledad del olvido.
2 comentarios:
Me ha gustado mucho Begoña. Está super bien y un poema precioso acompañado de una banda sonora muy buena "Blue"
Me gusta la imagen tipo "Jordi Lavanda" es genial. Un saludo y aprovecho para invitarte a pasarte por la mansión del poeta.
www.lamansiondelpoeta.blogspot.com
Estimado Pármulo:
Gracias por la dulzura y delicadeza de tu comentario y
por haber tenido la deferencia de pasar por mis letras.
Yo ya he pasado por las tuyas, la verdad he quedado complacida
con su lectura, me gustan mucho. Seguiré leyéndote.
Un saludo.
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