
Camino errante por tu cuerpo,
saboreando cada poro de tu piel.
Embriagándome de tus senderos
de incansable plenitud.
Bebo el néctar de tu boca,
de tus pechos, de mi ardor.
Mujer diosa celeste, imparable seducción.
Te siento tan dentro del alma
que ni el abrigo de la noche calma esta sensación.
Toda mujer tiene una estampa para reflejar el amor.
A ti que me deleitas con tu ternura, con tus besos, con tu pasión.
A ti te escribo estos versos para que gocemos en eterna prisión.
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