
Hay lágrimas frías
de puro hielo, vacías,
que hieren el alma.
Ésas que sin nombrarlas
matan el sentimiento.
Inicio a este poema:
Siempre hay que expresar
lo que se siente y anida en el pensamiento
para ahuyentar los ecos del silencio.
Esta noche gris…amor,
me hace temblar.
Quiero cobijarme en tus raíces,
despacio…suavemente…sin miedo.
Como la rosa de vidrio
camino a tu boca.
Esa textura deseo beberla
derramar mis aguas por tus mares
deslizando mis manos
hambrientas, por tu cuerpo.
Ahuyentando los ecos del silencio
silencio roto, que me ahoga sin el sonido
de tu nombre.
Quiero quedarme anclada en tu orilla,
en tu alma…en tu ser.
Soy arena pura,
arena blanca,
y no sólo arena
arena de nadie …o de nada.
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